Normalmente pensamos que los Estados Financieros (Balance General, Estado de Ganancias y Pérdidas, Flujo de Efectivo y Estado de Cambio en el Patrimonio) son aquellos documentos que brindan la información necesaria para una adecuada toma de decisiones; sin embargo en muchos casos solo sirven para determinar impuestos o para aparentar algo que no es la empresa, teniendo en cuenta esto uno se pregunta: ¿realmente son los EEFF una buena fuente de información? Para contestar esta pregunta los dejo con un artículo que apareció en el diario El Comercio el 13 de noviembre del 2006, en donde el economista Martín Reaño en la columna Aporte de este diario hace una critica interesante hacia los EEFF, esto nos debe seguir haciendo pensar en como mejorar la profesión contable.
"SIGO SIENDO EL REY.
NINGUN INFORME SUPERA AL FLUJO DE CAJA, PUES AL FINAL DEL DIA, LO UNICO RELEVANTE ES LA CAPACIDAD DE LA EMPRESA PARA GENERAR EFECTIVO. Y ES QUE EL DINERO SIGUE SIENDO EL REY.
Un buen amigo me explicaba que él había llegado a la conclusión de que los estados financieros son como un buen bikini: lo que muestra es importante, pero lo que esconden… es vital. Y esta analogía no puede ser más acertada. La información que produce las empresas no es ni inocente ni objetiva. ¿Cómo hacer entonces para poder obtener mensajes validos al revisarlos?
El balance general es una foto de la situación de la empresa. Y, al igual que cualquier dama pretenciosa que se prepara para ocasiones especiales, al momento de esta foto, las dosis de maquillaje se multiplican y la foto supera ampliamente cualquier defecto de la realidad. Por otro lado, el estado de ganancias y pérdidas no indica si a la empresa le ha ido bien o mal; es solo un formato para calcular impuestos.
Todo esto hace que la información financiera tradicional sea algo así como el perejil en el pescado: se ve muy bien, pero es totalmente inútil. Una solución para esa falta de transparencia es volver a lo básico. Las empresas existen para hacer más ricos a sus accionistas y estos solo son más ricos si el negocio genera efectivo para que se lo puedan llevar. Entonces, si concentramos nuestra atención en el flujo de efectivo, podremos evaluar si la empresa le está yendo bien o mal.
Al final del día, lo único relevante es la capacidad de la empresa para generar efectivo. Los estados financieros son resultado de la aplicación de un conjunto de principios y normas que no necesariamente ayudan a reflejar lo que ocurre con los negocios. Ni siquiera es cierto que la contabilidad sea un idioma común. Quienes les quieran dar a la contabilidad este atributo de sánscrito financiero, olvidan que aún hay muchos grados de libertad y opciones al momento de registrar las transacciones de la empresa.
El flujo de caja es entonces el informe financiero por excelencia, y el que nos acerca de manera más acertada al desempeño del negocio. No nos equivoquemos: el dinero sigue siendo el rey.”
Un buen amigo me explicaba que él había llegado a la conclusión de que los estados financieros son como un buen bikini: lo que muestra es importante, pero lo que esconden… es vital. Y esta analogía no puede ser más acertada. La información que produce las empresas no es ni inocente ni objetiva. ¿Cómo hacer entonces para poder obtener mensajes validos al revisarlos?
El balance general es una foto de la situación de la empresa. Y, al igual que cualquier dama pretenciosa que se prepara para ocasiones especiales, al momento de esta foto, las dosis de maquillaje se multiplican y la foto supera ampliamente cualquier defecto de la realidad. Por otro lado, el estado de ganancias y pérdidas no indica si a la empresa le ha ido bien o mal; es solo un formato para calcular impuestos.
Todo esto hace que la información financiera tradicional sea algo así como el perejil en el pescado: se ve muy bien, pero es totalmente inútil. Una solución para esa falta de transparencia es volver a lo básico. Las empresas existen para hacer más ricos a sus accionistas y estos solo son más ricos si el negocio genera efectivo para que se lo puedan llevar. Entonces, si concentramos nuestra atención en el flujo de efectivo, podremos evaluar si la empresa le está yendo bien o mal.
Al final del día, lo único relevante es la capacidad de la empresa para generar efectivo. Los estados financieros son resultado de la aplicación de un conjunto de principios y normas que no necesariamente ayudan a reflejar lo que ocurre con los negocios. Ni siquiera es cierto que la contabilidad sea un idioma común. Quienes les quieran dar a la contabilidad este atributo de sánscrito financiero, olvidan que aún hay muchos grados de libertad y opciones al momento de registrar las transacciones de la empresa.
El flujo de caja es entonces el informe financiero por excelencia, y el que nos acerca de manera más acertada al desempeño del negocio. No nos equivoquemos: el dinero sigue siendo el rey.”
1 comentario:
naaa nuevo plan contable... asu... esu no sabiba, mis profes ya fueron jeje.
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